No se cansará de esperarte, aquel que no se canse de mirarte.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Vuelta a Casa



El ser humano es superviviente por naturaleza. Independientemente del número de golpes que recibe, siempre termina por continuar. Aunque algunas veces sea a rastras. Cuando piensas que no se puede estar más cansado, la realidad se empeña en demostrarte que sí se puede. Cuando crees que no puedes estar más solo, te encuentras con que sí es posible. Y seguimos adelante. Cuando piensas que no aguantarás un palo más, lo recibes y terminas por sobrevivir. A la fuerza ahorcan.


Hoy siento una soledad insondable. Enorme. Imposible de atravesar. Creo que es complicado estar más solo, hasta que me he cruzado con un pobre indigente en un banco del parque. El termómetro a -2ºC. Pero no me consuela. La ambición nos conduce a la infelicidad. Nunca es suficiente. El lujo es un derecho. Y no vemos que lo realmente importante. Los deseos que querríamos que se cumpliesen, pocas veces pueden ser alcanzados con medios materiales. Nos empeñamos en desear que nos toque la lotería, y se ha demostrado que pasados dos años el agraciado disfruta de un nivel de felicidad equiparable al que tenía antes del premio. Si estamos ansiosos, nos vamos a comprar. Las casas rebosan de bienes que, en muchas ocasiones no usamos para nada. Y cada día somos felices con mayor dificultad. En el fondo no queremos darnos cuenta de lo que en realidad deseamos.

Si se me otorgase la consecución de un deseo, pediría ser capaz de escoger lo que quiero. No lo que quiera, lo que quiero. Poder elegir qué querer. Ajustar mis deseos a mis posibilidades. Creo que la base de los deseos es precisamente la dificultad de que se cumplan. A primera vista podría considerarse un error: significaría poder conseguir que se cumplieran todos mis deseos, una auténtica pesadilla. Pero no. Tener la posibilidad de elección, en teoría significaría poder elegir querer a la persona que nos quiere, pero también poder elegir a otra muy especial y que nos hace sentirnos de un modo especial aunque esta pase de nosotros. En la práctica es imposible, pues dado nuestro apetito insaciable, teniendo la posibilidad de desear lo que ya tenemos, querríamos aquello que no podemos tener. Los sabios consideran que la felicidad está en el camino hacia esos objetivos que tenemos no en su consecución. Si esto es así, la mayor parte de la población estaríamos condenados a la infelicidad.

En el caso de que hoy pudiera escoger qué querer, querría querer a la persona con la que he convivido un tercio de mi vida. Querría querer hacer aquello que antaño me hacía feliz. Querría querer disfrutar del presente y no vivir anclado en un pasado de recuerdos. Querría querer mejorar mi relación con la familia, los amigos, los demás. Pero no puedo. Al menos yo soy incapaz. En realidad ansío lo que en este momento se encuentra más allá de mi alcance.

Puede sonar raro, a mí solo me parece muy triste, pero he descubierto que en el pasado viví sin ser capaz de disfrutar de aquello que ahora anhelo. En definitiva, que pude ser feliz sin quererlo y que ahora, tal vez me esté sucediendo lo mismo. Solo desde un punto de vista retrospectivo soy capaz de darme cuenta de la vida que he tenido la suerte de vivir. A posteriori. Porque en el presente soy una persona incapacitada para disfrutar de mi existencia.

PD) hoy y me he despertado en modo divagación. Un poco reflexivo a lo Historia Interminable. Y he escrito de nuevo. Espero hacerlo más habitualmente.

1 comentario:

  1. Que gran entrada. Es dificil ser feliz incluso aunque tengamos la definicion de felicidad delante de nosotros...
    pablo

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