No se cansará de esperarte, aquel que no se canse de mirarte.

domingo, 30 de octubre de 2011

Tilt

A muchos esta palabra les dirá más bien poco. A los que nos movemos por esos tapetes de dios, nos suena a una de nuestras peores pesadillas. En principio, el póquer es un juego de cartas en el que el buen jugador trata de minimizar el efecto de la suerte mediante el estudio de las posibles manos de sus rivales y la probabilidad de que se den ciertos sucesos. Se trata de un juego bastante calculador, en
el que tener la cabeza fría es fundamental.

Sin embargo, las probabilidades son precisamente eso, probabilidades. No certezas. Y a corto plazo, aun jugando perfectamente (algo muy lejos de la realidad en mi caso), es posible no rascar ni bola. El buen jugador es el que siempre juega lo mejor posible y cuando gana, gana mucho y cuando toca perder pierde lo mínimo. Comete pocos errores y no se calienta.

Entrar en Tilt es precisamente eso: calentarse. Hay quien entra muy fácilmente en ese estado y hay quien, como yo, normalmente entiende que una mala mano o una racha negativa es precisamente eso. Si juegas bien y pierdes, le das la mano al rival y santas pascuas. Sin embargo, esta noche no ha sido así.

Me he sentado en una mesa rodeado de jugadores ocasionales. Ciegas de 1 y 2 €, sin límite de apuesta. Entro con lo mínimo permitido (50€) con la idea de doblarlo rápidamente y jugar con más comodidad. Empiezan a entrarme cartas buenas. Buenas no, muy buenas. Cartas con las que, como mínimo, tengo un 70% de llevarme la mano, si no más. Pierdo con KK, AA, AA, AK, QQ, JJ… Todas las parejas altas las pierdo. Son manos en su mayoría que se enfrentan a un as mal acompañado, por lo que solamente debería perder 3 de cada 10. Pero es que en el caso de las dos parejas de ases y viendo la morralla con la que pagaban mis compis de mesa, tenían un 90% de ganar la mano…

He perdido todas las manos. Absolutamente todas. Tal vez haya sido una de las peores jornadas en cuanto a manos, que no en cuanto a pérdidas, dado que me he ido perdiendo 250€ solamente. El error lo he cometido después. Paseito a la habitación y una vez “frío” he encendido el portátil. Me he propuesto recuperar parte de las pérdidas, para lo que he abierto un par de mesas de dinero y me he inscrito a dos campeonatos. Cuatro o cinco mesas no son demasiadas, y ayuda a diversificar los riesgos, minimizado el factor suerte. Estaba tranquilo, o eso creía, hasta que la mala racha ha continuado.

El problema de entrar en Tilt, es que no razonas como debieras. En primer lugar, tiendes a jugar un rango de manos mucho más amplio del habitual. Jugar con cartas peores suele resultar en perder más, y en calentarse más. En segundo lugar, pierdes agresividad. La falta de confianza en tu juego hace que juegues a ciegas: más manos pero peor jugadas. Te olvidas de las cartas del rival. Empiezas a ver fantasmas por todos lados y terminas por desarrollar un juego deplorable. Así pues, tras tres horas en las que he destrozado los resultados de los últimos dos meses, he tenido la suerte de que la conexión 3G se ha ido al garete al igual que el ratón, que mañana trataré de desincrustarlo del radiador donde ha ido a parar.

Una Coca Cola después y tras una ducha con el agua templadita. Sigo bastante mosqueado. Ahora conmigo mismo. Porque para ganar a esto, el autocontrol es fundamental. Hoy he perdido un dinero, que tarde o temprano recuperaré y un ratón que no echaré de menos. Lo que tardaré más en poder olvidar es cómo, por una noche, he vuelto a jugar como un principiante incapaz de controlar sus emociones. Tras escribir estas líneas, creo que podré tratar de irme a la cama. Aun así, sigo con un enfado encima, que tardará un tiempo (el mismo que tardaré en volver a las mesas) en pasar. Hoy me he demostrado lo mucho que me falta para poder considerarme un buen jugador.

1 comentario:

  1. Este juego requiere una concentración increíble y a veces ni con eso se logran buenos resultados... Yo volvería a jugar inmediatamente para quitarme ese mal sabor de boca... Nadie es infalible... Recuerdo hace años a mi hermano cuando se la dió con la moto, casi se queda cojo y en cuanto se recuperó totalmente lo primero q hizo fue darse una vuelta...jejejjej... ÁNIMO Y RECUPERA LO Q ES TUYOOOOOOOOOOOOOOO!!!!

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